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Para comprender las diferentes vacunas te puede venir bien conocer la estructura del coronavirus

Tipos de vacunas

1. vacunas
de vector viral

Son las más tradicionales y ya existen muchas que se han creado siguiendo esta técnica para tratar otras enfermedades, como, por ejemplo, la varicela o la gripe.

Estas vacunas llevan una imitación del virus real, que se llama vector. Cuando esta imitación entra en nuestro cuerpo, este se piensa que es el virus real y crea anticuerpos para frenar la infección. De este modo, cuando te contagias del virus real (en este caso del SARS-CoV-2), nuestro cuerpo ya tiene anticuerpos guardados en su memoria y se puede defender mejor porque conoce cómo actúa el virus.

Por ejemplo, la Oxford/AztraZeneca y la Jansen de Johnson & Johnson son vacunas de vector viral.

2. Vacunas
de Arn mensajero

Son muy modernas y no existían antes de la COVID-19.

Estas vacunas llevan un trozo del ARN del virus. Cuando ese trozo entra en nuestro cuerpo, se convierte en proteína S. Cuando el cuerpo la encuentra, crea anticuerpos para defenderse de la infección. De este modo, cuando te contagias del virus de verdad (en este caso, del SARS-CoV-2), el cuerpo reconoce la proteína S y se puede defender mejor.

Por ejemplo, la Pfizer–Biontech y la Moderna son vacunas de ARN mensajero.

1. vacunas
de vector viral

Son las más tradicionales y ya existen muchas que se han creado siguiendo esta técnica para tratar otras enfermedades, como, por ejemplo, la varicela o la gripe.

Estas vacunas llevan una imitación del virus real, que se llama vector. Cuando esta imitación entra en nuestro cuerpo, este se piensa que es el virus real y crea anticuerpos para frenar la infección. De este modo, cuando te contagias del virus real (en este caso del SARS-CoV-2), nuestro cuerpo ya tiene anticuerpos guardados en su memoria y se puede defender mejor porque conoce cómo actúa el virus.

Por ejemplo, la Oxford/AztraZeneca y la Jansen de Johnson & Johnson son vacunas de vector viral.

2. Vacunas
de Arn mensajero

Son muy modernas y no existían antes de la COVID-19.

Estas vacunas llevan un trozo del ARN del virus. Cuando ese trozo entra en nuestro cuerpo, se convierte en proteína S. Cuando el cuerpo la encuentra, crea anticuerpos para defenderse de la infección. De este modo, cuando te contagias del virus de verdad (en este caso, del SARS-CoV-2), el cuerpo reconoce la proteína S y se puede defender mejor.

Por ejemplo, la Pfizer–Biontech y la Moderna son vacunas de ARN mensajero.